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Nuevas tendencias del maquillaje para hacerle frente a la crisis

Antes muchas mujeres se maquillaban todos los días, era parte de un ritual matutino antes de salir a trabajar. Hoy en día el maquillaje sigue existiendo, pero las situaciones son distintas, ya sea porque alguien se maquilla para una videollamada o para salir a la calle, pero con barbijo.

“El punto central actualmente está en los ojos”, explica Boris Entrup, que trabaja como cosmetólogo en Alemania. Se realzan las cejas, se emplea mucho la base, las sombras, los delineadores, sean en lápiz o líquidos, “justamente todo lo que sirva para lucir lo que la mascarilla deja al descubierto”. A muchas mujeres les gusta tener algún detalle que llame la atención, por ejemplo, con un trazo particular del delineador líquido.

Tendencia: El ojo de gato

El trazado grueso, en colores o con mucho vuelo sobre el párpado ya es conocido desde hace mucho tiempo por los fans de la moda, por las modelos y el mundo de las pasarelas, pero durante la pandemia se impuso a paso fuerte: es un acento que contrasta con el barbijo, que oculta todo el resto.

El “wing”, esa curva que se dibuja sobre el final del párpado y lo prolonga visualmente hacia afuera, es llamativo y a la vez lo suficientemente discreto para lucir en un día cualquiera. “Para que resulte simétrico es importante comenzar por la línea de base directamente en el borde inferior del párpado”, explica Ricarda Zill, maquilladora.

Luego, imaginar una línea que va desde el lóbulo nasal hasta el ángulo externo del ojo o colocar un lápiz en esa dirección y dibujar un punto diminuto que será donde termine el trazo. Debería estar a la misma altura en los dos ojos. “A continuación, trazar una línea desde ese punto hacia la línea de base, y listo, el ojo de gato quedará perfectamente simétrico”, explica Zill.

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Más transparencia e información

Zill observa que el mercado de los cosméticos “decorativos” se desplomó estrepitosamente durante la pandemia, pero que crecieron enormemente los productos de cuidado, desde los baños capilares hasta el cuidado de uñas. Lo que más destaca en esta tendencia es que los consumidores buscan cada vez más calidad, y que existe una clara necesidad de transparencia en lo que respecta a las sustancias que contiene cada producto y la producción sustentable de los cosméticos.

Un delineador de ojos ancho hecho de verde brillante en el párpado superior prepara el escenario para el ojo. Foto Prensa Libre: DPA

Creció la demanda de “clean beauty”, que traducido sería algo así como “cosmética limpia”, y que se refiere a productos fabricados sin ciertas sustancias muy criticadas. Por lo general suele ser maquillaje orgánico y vegano. Al mismo tiempo, existe un interés creciente por productos que cuiden la piel y un alejamiento de las capas gruesas de maquillaje que dejan la piel sepultada.

Maquillaje para estar en casa y en homeoffice

A la hora de comprar nuevos productos, suelen tener más salida los que se consumen en días que transcurren en casa, puertas adentro. El maquillaje ha cambiado, igual que la ropa, asegura Boris, que ve en todo un “home-level”.

Pero como todos tienen cada vez más comunicaciones digitales, llamadas por laptop o videollamadas sorpresivas, también se ven muchas veces obligados a observar el reflejo de su propia imagen en las pantallas y notar que no todas las cámaras son benevolentes a la hora de reproducir el aspecto de cada uno. Más de una persona optará entonces por cosméticos que incorporen términos como “blurring” y “pore-refining”, que no es más que una promesa de homogeneidad en el tono de la tez reduciendo el tamaño de los poros.

Cuídate de los microbios, mira cómo aquí.

Aprovechar las salidas para maquillarse

De todos modos, no todo queda en casa. Afuera vuelven a abrirse los restaurantes, los cines y los teatros. En algunos clubs ya se puede bailar. “El alivio que da poder volver a recuperar cierta libertad afuera se ve reflejado en el maquillaje”, observa Entrup, “si bien la tendencia a maquillarse de un modo más esmerado ya se podía notar antes de la pandemia”.

Entrup se refiere a ciertos detalles recuperados de los 80, como ser “el rouge y la sombra de varios colores”, el trazo llamativo con el eyeliner y las técnicas para realzar las cejas. “Pero las cejas se usan gruesas, bien pobladas, no depiladas y finitas como en los 80”, acota. Entrup asegura que la tendencia en las fiestas de este fin de año va a estar marcada por los brillos y particularmente el dorado.

Además, pese a los barbijos, se usan los labios en colores intensos, explosivos. “En un primer momento se vio mucho rojo clásico, que después fue relevado por un fucsia luminoso”, dice Zill. “Se utilizan muchísimo los lápices labiales brillantes más que los mate.”

A prueba de besos, a prueba de mascarillas

¿Cómo se supone que puede funcionar este tipo de maquillaje de los labios debajo de un barbijo? Con productos resistentes al agua, que no se laven ni por un beso ni por una comida o bebida. Pueden utilizarse productos que sellen el maquillaje para evitar que queden en el barbijo o en las prendas.

Es cierto que las restricciones de la pandemia generaron muchísimos cambios en el modo en que nos vestimos y maquillamos, pero las ganas de salir y de arreglarnos siguen intactas. Teniendo los productos correctos, la mascarilla no será un impedimento.

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