Conviértete en una buena amiga

Cuando tus amigas tienen un problema ¿acuden a ti o prefieren consultar con otra conocida? Si en la mayoría de casos se inclinan por recibir ayuda de alguien más, es probable que no hayas desarrollado las habilidades necesarias para ser una buena aliada.

Al considerar lo anterior deseo compartir algunas ideas para orientarte en tu camino a la transformación para ser la compañera favorita, predilecta o más apreciada del grupo. Considera que el primer aspecto que debes cambiar es la tentación de dar consejos o creer que tienes la respuesta o solución mágica para todo tipo de problemas.

Cuando una amiga acude a ti es porque desea resolver de la mejor manera posible una situación o acontecimiento que atraviesa en ese momento. Y deseo hacer énfasis en ‘ella’ y en su realidad muy particular, privada, personal y con características específicas, que no siempre tendrán comparación con lo que te ha ocurrido a ti. Ten en cuenta esto antes de emitir tu opinión o al querer darle un consejo.

Si tu amiga busca apoyo en ti es casi seguro que necesita la asistas para analizar el problema desde varios puntos de vista, por ello si solo te limitas a darle consejos y recetas le impides observar de forma integral la situación, y esto solo la conducirá a tomar decisiones equivocadas.

Un caso hipotético: un día sin pensarlo tienes una fuerte discusión con tu pareja y al calor de la pelea decides separarte de él. Consultas a una amiga y ella te relata su experiencia personal con algunos hombres. Aunque la intención es buena sus relaciones no necesariamente se asemejarán a la tuya. En otras palabras, si consultas a tu confidente y recibes como válida su recomendación puede que cometas un grave error que luego lamentarás.

En conclusión, para ser una buena amiga procura obtener toda la información posible del conflicto y luego junto con tu camarada analicen con claridad en qué momento o situación se equivocó, qué puede aprender de lo sucedido, cuántas veces ha cometido la misma equivocación y trata de describirle un escenario en el futuro haciendo una comparación entre resolver el problema o no. Probablemente quedará agradecida y sabrá qué hacer y tú cumplirás tu labor como amiga al conducirla a reflexionar, para que ella misma tome la mejor decisión.

Yesid Barrera
consultor empresarial
www.rybsideas.com