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Las familias se reencuentran con fiambre

Esta gran creación culinaria trae consigo una invitación para compartir con los seres queridos.

Esta gran creación culinaria trae consigo una invitación para compartir con los seres queridos.

Por Redacción Comercial

El fiambre es un platillo de unión por excelencia. Combina ingredientes que por lo general no mezclaríamos, como el azúcar con los embutidos. Reúne a familias enteras en su elaborada preparación y como fin último, une simbólicamente a los vivos con los muertos.

Tradición familiar

La mezcla y preparación de todos los ingredientes puede tomar hasta 4 o 5 días. Entre cortar las verduras, cocer y desmenuzar las carnes y preparar los caldillos. Si a eso se le agregan dos días más que se usan para comprar los ingredientes, en total se puede invertir una semana completa en su elaboración.

Así lo confirma Silvia María Díaz, corredora de seguros y ama de casa, con más de 45 años de experiencia en la elaboración del fiambre. “Tratamos de involucrar a toda la familia cuando hacemos el fiambre. Desde ir al mercado a comprar los ingredientes, hasta picar las verduras y embutidos y juntarnos todos el mero día para comerlo”, recuerda Díaz.

La tradición data desde cuando era niña cuando ayudaba a su abuela, quien hacia fiambre al por mayor, precisamente, para juntar a toda la familia. La práctica continuó con su madre, y cuando ella falleció, Díaz siguió con la tradición. “Ahora lo realizamos con todos mis hermanos para honrar la memoria de mi abuela y mi mamá y que no se pierda la costumbre. Además, a estas alturas, “un año sin fiambre es como decir un año sin Navidad. Eso ya no cabe en mi mente ni mi corazón. ¡Inimaginable!”, expresa con la voz entrecortada.

Junto a la tradición de su elaboración, Díaz también ha heredado un apaste grande que tiene más de 40 años. Se trata de una olla de barro, que pertenecía a su abuelita, que se usa única y exclusivamente para preparar el caldillo, que es el alma de verduras del fiambre. Se usa una vez al año y es exclusivo para esta preparación.

¡Fiambre para todos!

Miguel Álvarez, cronista de la ciudad, asegura que el fiambre es motivo de orgullo. “Quien lo elabora nunca dará su brazo a torcer y siempre dirá que su receta es la mejor. Incluso, hay familias que intercambian platos de fiambre para degustar sazones diferentes. “Se aceptan los platillos, se comparan las recetas y se disfrutan, sin expresar cual es la mejor, pues todas tienen un significado evocativo y nostálgico”, expresa el historiador.

El fiambre, que reúne a toda la familia y los amigos cercanos en torno a la mesa, es mestizo, cíclico y ritual. Mestizo porque a pesar que sus ingredientes son extranjeros, su preparación lo hace un platillo guatemalteco. Cíclico porque se prepara y degusta solo una vez al año y ritual porque reúne a la familia para compartir, en medio de una mezcla de sentimientos encontrados.

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