Cuando ya no es posible continuar manteniendo el propósito “hasta que la muerte nos separe”, será necesario ver nuevos horizontes que te permitan levantar el ánimo, nutrir tus habilidades y realizarte profesionalmente.
Por Narcy Vásquez
¿El solo hecho de pronunciar la palabra divorcio te eriza la piel y te parece una catástrofe sentimental? Mejor usa tu potencial individual para sanar las heridas emocionales. Esto te ayudará a darle un giro radical a tu vida, y así continuar con nuevos proyectos.
La separación definitiva puede ser vivida como un fracaso, liberación, pérdida, traición, alivio o la culminación de un destino inevitable, dependiendo de la percepción que tengas de las relaciones de pareja. “Muchas veces te parecerá una pérdida, pero en realidad es una oportunidad de lograr tus deseos, de abrir o reencauzar tu vida a nuevas posibilidades”, afirma Luz Marina Reyes, psicóloga clínica.
Es importante que te orientes en este proceso emocional y de cambios, ya que tu salud mental debe estar equilibrada para tomar decisiones sabias. Por ello, es básico el acompañamiento psicológico, ya que el tiempo de separación implica cambios drásticos, dependiendo de la situación personal, de las circunstancias en las cuales se produjo el divorcio y de la relación posterior de la pareja.
Inés Zepeda, psicóloga clínica explica: “La separación, como todo proceso de duelo, pasa por distintas fases, las cuales son vividas con acompañamiento y trabajo personal para que las personas lo asuman como una experiencia constructiva y de crecimiento personal”.
La separación no debe ser tomada como una guerra emocional, en la cual uno es bueno y otro malo. Ambos son responsables de lo sucedido. Por ello no conviene asumir el rol de víctima, lo mejor es vivir el duelo y superar cada etapa. Cuando se intenta ocultar o negar los sentimientos, el cuerpo reacciona y llega a manifestarse en enfermedades físicas o mentales. Así que te conviene tomar conciencia de tus emociones como la rabia, culpa, tristeza, o soledad; reconoce, acepta y libera esos sentimientos, no dejes que se acumulen en tu interior. Recuerda que debes afrontar la separación como un proceso de crecimiento y aprendizaje.
Algunas personas creen que sus objetivos, metas y rutinas han desaparecido luego de su fracaso matrimonial. Sin embargo, es un período oportuno para retomar pasatiempos, ingresar a grupos de apoyo y crear nuevos hábitos: practicar ejercicio, alimentarse sanamente y procurar dormir o descansar lo suficiente. Además, si se experimenta resentimiento, lo mejor es centrar la atención en los momentos armoniosos compartidos, pero sin añorarlos; busca la información adecuada para ayudar a los hijos a vivir también el proceso.
Renaciendo
Todas las noches antes de dormir y por las mañanas al despertar reconoce en voz alta algo positivo de tu vida. Eso te brindará entusiasmo y positivismo.
Apóyate en tu familia, grupos o amistades, pero elige con cuidado a quienes te escuchen, apoyen y respeten tus emociones.
Es un excelente momento para un encuentro contigo misma: revisa tu interior, haz las paces y sana las heridas del pasado.
No te permitas quedarte en la tristeza o la depresión, son etapas que debes vivir y superar.
Vuelve con las actividades placenteras que en el pasado te hicieron sentir bien.
Establece un soporte de red social con nuevas amistades.
Planifica un futuro que incluya un nuevo proyecto: planea la vida como soltera. No te involucres en una nueva relación hasta que te hayas recuperado.
“Un divorcio es la decisión de terminar con una relación que ya no funciona para la pareja. Está basado en el deseo de buscar una vida mejor”,
Luz Marina Reyes Cerón, psicóloga clínica.