Por DPA
Se trata simplemente de una cuestión de ejercicio, y muchas también confían en marcas caras de calzados que, se supone, son casi tan cómodos como un par de zapatillas.
Pero ¿cómo resulta esto posible? La experta Claudia Schulz, portavoz del Instituto Alemán del Calzado y de la Asociación Federal de la Industria del Calzado y Marroquinería, tiene una explicación.
En diálogo con dpa, cuenta qué factores deben tenerse en cuenta cuando se trata de la comodidad para caminar con un zapato de estas características y también revela cómo una moneda puede ayudar durante la adquisición de un calzado.
Schulz destaca que la buena calidad es importante, porque entonces es probable que ese zapato ofrezca un diseño más ergonómico que los pares más baratos. Según comenta, con algunos zapatos de tacón alto camina incluso con mayor confort que con determinadas zapatillas.
Pero señala a la vez que no se trata de la marca correcta, sino de que el diseño sea el adecuado. “Yo misma tengo tacones altos de diferentes marcas, también con diferencias de precios enormes. Por lo tanto, no puedo decir ahora automáticamente que el calzado muy caro de marca sea tanto más cómodo”.
La experta indica que es importante que cuente con un acolchado en la zona del antepié. “Este no es necesariamente el caso de los zapatos muy baratos, que a veces son muy duros”, acota.
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Lo ideal, señala, es una masa de espuma suave que se incorpore entre la suela y la plantilla. También es bueno que disponga de la llamada espuma restauradora, la que se vuelve a formar después del uso, para que al día siguiente se disponga nuevamente de la suave comodidad al caminar.
Schulz puntualiza que los zapatos cuyas bóvedas están diseñadas un poco más altas en el lateral suelen ser más cómodos. “Y la talonera debe ser suave y estar incorporada al cuero interior. Porque si es demasiado dura, desgraciadamente suele provocar ampollas”.
La especialista menciona asimismo que la comodidad de un zapato puede depender en gran medida de los materiales: en el caso del cuero, un material natural, existe la posibilidad de que pueda estirarse un poco. El cuero sintético o el charol, en cambio, no son tan flexibles. “Por lo tanto, debo calcular que este zapato no se adecuará con el tiempo a mi pie, sino que continuará siendo extremadamente duro”.
Preguntada acerca de cómo saber cuándo un zapato de tacón alto calza bien, Schulz comenta que un indicio de esto es cuando “siento que estoy parada sobre la parte anterior de la planta del pie y el talón al mismo tiempo”, que el peso está bien distribuido y no se centra solo en la punta del pie. “Y me parece muy importante que calce bien atrás en el talón”, añade.
“Algunos dicen que compran los tacones alto un poco más chicos, para que no se salgan atrás. Desaconsejo esto definitivamente. Porque entonces el zapato apretará todavía más en otro lugar, y seguro que esto no será un motivo de alegría”, puntualiza.
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Sin embargo, aclara que tampoco es bueno cuando el zapato queda algo flojo atrás. Esto dificulta llevarlo durante largo tiempo, porque entonces automáticamente uno tiende a aferrarse al calzado con los dedos del pie. Por eso aconseja observar que el talón quede bien sujetado por el zapato en la parte trasera.
En cambio, sí debería quedar un poco de espacio libre en la parte delantera del calzado. Según recomienda la especialista, al probarse el zapato, debe quedar libre un espacio de aproximadamente el ancho del pulgar por delante del dedo gordo.
“En mi opinión, el ancho del pulgar es un poco demasiado, porque entonces rápidamente queda flojo en la parte de atrás de nuevo. Pero una moneda de un céntimo (de euro) da una buena orientación. Sobre todo, porque los pulgares tienen anchos diferentes, pero una moneda de un céntimo no”, explica.
A la vez, Schulz recomienda caminar bastante con el calzado dentro del negocio durante la prueba. “En lo posible debería probárselo sobre diferentes superficies, tal vez también en una escalera. Porque es algo completamente diferente si se camina sobre suelo liso o sobre alfombra”.
Y la experta también revela que existen algunos trucos para que el zapato elegido sea más cómodo.
Cuando el talón no queda bien contenido por el zapato, “pueden ser de bastante utilidad almohadillas de cuero o silicona que se pegan en la parte trasera interior del zapato a la altura del talón”, detalla.
“Lo que también utilizo a veces son almohadillas para el mediopié en la suela detrás de la punta del pie. De esta manera, puedo mejorar el ajuste del zapato. También existen almohadillas de gel suave que se colocan en la parte delantera del zapato para aliviar la presión en la punta”, añade.