¿Qué podemos hacer cuando nuestros hijos están permanentemente pegados al celular y no hacen ningún tipo de ejercicio? Una de las consecuencias de este comportamiento puede ser el sobrepeso, que no resulta tan grave por motivos estéticos sino por cuestiones de salud: el sobrepeso puede generar problemas como dolores en las rodillas y en las caderas, un hígado graso, diabetes e hipertensión. No es broma. Para contrarrestar estos posibles problemas a tiempo, hay que actuar.
El movimiento es algo esencial que, además, ayuda a quemar calorías. Pueden practicarse deportes complejos, anotar al niño en un equipo de fútbol o en una escuela de natación, o alentarlo a que salga a jugar al aire libre o a caminar con la familia.
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Lo que tal vez no tenemos tan claro es cuánto tiempo deberían moverse. Una de las claves es no intentar contener o prohibirles la necesidad natural de movimiento a los bebés o niños pequeños, que por lo general tienen mucha energía y necesidad de saltar, correr y moverse. Deberían poder estar tan activos como sus cuerpos lo necesiten.
En el caso de los niños pequeños, lo ideal es que estén en movimiento al menos tres horas por día. Cuando ya están en edad escolar o son adolescentes, una hora y media sería lo justo. Como regla básica se puede decir que no hay un tiempo máximo “saludable”. Todo lo que sea movimiento hace bien.
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Aparte de este aspecto están los factores de nutrición, tanto en cuanto a comida como a bebidas. En esos casos vale la pena consultar a un especialista que ayude a generar un buen balance.
DPA
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