Con una buena alimentación se logra estimular la producción natural de las hormonas que nos dan felicidad.
Alimentos de origen animal como el pollo, pavo, pescado, huevos, leche y sus derivados influyen en nuestro estado de ánimo. De igual manera ocurre con los de origen vegetal: manías, soya, espinaca, arándanos, naranjas y chocolate, explica Javier Parada Wellness coach, fitness.
Estos deben consumirse con regularidad pero de forma balaceada. Toma en cuenta que en exceso hasta el agua puede hacerte daño.
Lo recomendable es llevar un plan de alimentación guiado por un experto en nutrición, recuerda que cada cuerpo requiere una necesidad calórica específica.
La dieta de la felicidad nada más consiste en buscar hábitos que perduren. Cuando un régimen alimenticio es repetitivo y escrito, en la mayoría de los casos, termina en fracaso. Por eso, en la vida como en la cocina, hay que ser creativos y entre más colores y sabores pongas en tu plato, mucho mejor. Recuerda que todo entra por los ojos.
Otra recomendación es dejar el sedentarismo y realizar cualquier actividad que implique movimiento, eso estimulará el estado de ánimo. Si no eres de las que acuden al gimnasio, sal a caminar con tu perro o baila con la ayuda de un vídeo el cual puedes ver en la red. ¡Así que no hay excusas y ponte en acción!
Fuente: explica Javier Parada Wellness coach, fitness Instagram @javierparada
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